De niña aprendí a volar... Volaba tan feliz.. Todos lo días iba a visitar a las estrellas y a las nubes, me pintaba de rayos amarillos el sol en el cuerpo!
Un día bajé a la tierra y nadie tenía alas, me tomé el trabajo de tejer unas cuantas para regalarlas pero oxidadas fueron rechazadas por todos los rostros... Comprendí entonces que las alas eran algo tan propio que sólo su tejedor merecía el valor de usarlas!
Seguí dibujando atardeceres verdes, naranjas, morados, floripepiados, armando corazones con las nubes y cantándole a las aves! Era feliz! el universo sólo para mi... De cuando en cuando bajaba a la tierra a besar bocas distraídas y terrestres... me preguntaba como sería besar en el cielo? los besos terrestres eran muy secos y toscos... y sabían a tierra...
Un día estaba surfeando sobre una estrella fugaz y la estrellita me preguntó: ¿algo te hará falta para completar tanta felicidad? y yo le respondí: Un reto mayor!... La estrellita me dijo: Deseo concedido...
De repente fui teletransportada a un planeta de mil formas, colores y olores astrales... Allí descansaban en el piso unas alas azules con un corazón en el centro... me pregunté confundida: ¿otras alas? si nadie puede usarlas...
Son mías, (escuché una voz a lo lejos), se vuela bien con ellas pero... su corazón aún no late!
Volemos, volemos juntos, me dijo emocionado.
Yo asentí maravillada con una lágrima en el rostro
Por que lloras? me preguntó...
Porque siempre he volado sola...
Me tomó de las manos y saltamos a la tierra agitando más fuerte que nunca nuestras alas... Una luz rosada empezó a colmar todo lo que habitábamos... era todo tranquilidad, gozo y paz...
De donde viene esa luz? le pregunté...
Es mi corazón que ha empezado a latir...
1 comentarios:
Hola muy buen blog, me gusto la historia que relatas y me remitio a mi niñez al imaginar que volaba y cuando agarraba mi papalote.
Saludos
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